Reflexionar acerca de nuestra práctica docente es una tarea que debemos realizar continuamente, ya que como docentes jugamos un papel sumamente importante en la formación de los futuros ciudadanos, por que nosotros los maestros, no solamente ayudamos a los alumnos a construir sus conocimientos si no que también tenemos que formarlos en valores tan necesarios que son para convivir en sociedad.
En mis 16 años que tengo de servicio en el medio indígena he laborado en comunidades muy alejadas de la ciudad donde he observado la falta de oportunidades de las personas y veo cómo ésta situación influye directamente en la educación de los alumnos, de igual manera he vivido situaciones muy gratificantes con mis alumnos y con las personas de la comunidad.
Dentro de mi grupo escolar me he enfrentado a situaciones que influyen negativamente en el aprovechamiento de mis alumnos como el desinterés de los padres de familia pues en mi comunidad tienen la idea de que el niño va a adquirir conocimientos hasta cuando ingrese a primaria, ha sido difícil concretizar a los padres de familia pero lo he intentado en las reuniones que llevo a cabo con ellos.
En mi nivel ponemos en práctica principalmente juegos, cantos y actividades que les son llamativas a los niños asì como vivencias y experiencias que ellos poseen con la finalidad de que el nuevo conocimiento que vayan construyendo les sea significativo. En ocasiones como maestra se me agotan las ideas o la creatividad por eso pienso que son muy importantes éstos espacios de socializaciòn para retomar nuevas ideas, y enriquecer nuestra práctica.
Otra de las dificultades a las que me he enfrentado es trabajar al mismo tiempo con los tres grados en el mismo grupo, ya que me falta más habilidad para aterrizar mi planeaciòn pues los niños de tercero están atentos a la actividad mientras que algunos de segundo y los de primero están distraídos, al principio del ciclo escolar los niños grandes se molestaban con los pequeños por lo que optábamos por cambiar de actividad por otra que les llamara la atención a los pequeños como un juego y es donde aprovechaba para abordar con ellos valores como el respeto y la tolerancia. En fin, terminamos el ciclo escolar y dos pequeños de primer grado siguen mostrando la misma actitud, la ventaja que observé en ellos que asistir a la escuela ya es un hábito para ellos y ahora que inicien el segundo grado ya se van a enfocar más en las actividades escolares.
Un reto al que me enfrentaré en el nuevo ciclo será propiciar en mis alumnos la puntualidad pues la entrada es a las nueve y de los 24 alumnos solamente están puntuales unos 15 o 18, aunque éste punto ya lo he tratado en las reuniones y los padres se muestran comprometidos, sin embargo, en el terreno de los hechos es otra la situación.
Los alumnos que conforman mi grupo escolar, a pesar de la apatía de los padres de familia son, en su mayoría responsables, sobre todo los de tercer y segundo grado, pues cuando realizamos alguna actividad donde se requiere la utilización de ciertos materiales, realizamos la designación o escogen ellos mismos que materiales pueden traer o aportar y cumplen con la tarea encomendada.
Dentro de mi grupo escolar me he enfrentado a situaciones que influyen negativamente en el aprovechamiento de mis alumnos como el desinterés de los padres de familia pues en mi comunidad tienen la idea de que el niño va a adquirir conocimientos hasta cuando ingrese a primaria, ha sido difícil concretizar a los padres de familia pero lo he intentado en las reuniones que llevo a cabo con ellos.
En mi nivel ponemos en práctica principalmente juegos, cantos y actividades que les son llamativas a los niños asì como vivencias y experiencias que ellos poseen con la finalidad de que el nuevo conocimiento que vayan construyendo les sea significativo. En ocasiones como maestra se me agotan las ideas o la creatividad por eso pienso que son muy importantes éstos espacios de socializaciòn para retomar nuevas ideas, y enriquecer nuestra práctica.
Otra de las dificultades a las que me he enfrentado es trabajar al mismo tiempo con los tres grados en el mismo grupo, ya que me falta más habilidad para aterrizar mi planeaciòn pues los niños de tercero están atentos a la actividad mientras que algunos de segundo y los de primero están distraídos, al principio del ciclo escolar los niños grandes se molestaban con los pequeños por lo que optábamos por cambiar de actividad por otra que les llamara la atención a los pequeños como un juego y es donde aprovechaba para abordar con ellos valores como el respeto y la tolerancia. En fin, terminamos el ciclo escolar y dos pequeños de primer grado siguen mostrando la misma actitud, la ventaja que observé en ellos que asistir a la escuela ya es un hábito para ellos y ahora que inicien el segundo grado ya se van a enfocar más en las actividades escolares.
Un reto al que me enfrentaré en el nuevo ciclo será propiciar en mis alumnos la puntualidad pues la entrada es a las nueve y de los 24 alumnos solamente están puntuales unos 15 o 18, aunque éste punto ya lo he tratado en las reuniones y los padres se muestran comprometidos, sin embargo, en el terreno de los hechos es otra la situación.
Los alumnos que conforman mi grupo escolar, a pesar de la apatía de los padres de familia son, en su mayoría responsables, sobre todo los de tercer y segundo grado, pues cuando realizamos alguna actividad donde se requiere la utilización de ciertos materiales, realizamos la designación o escogen ellos mismos que materiales pueden traer o aportar y cumplen con la tarea encomendada.
Ahora que tenemos ésta oportunidad de actualizarnos y profesionalizarnos me parece un reto que nos llevará a un resultado bueno, sobre todo para nuestros alumnos, es por eso que vale la pena intentarlo.
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